La Matriz de la Naturaleza

Newton por William Blake, 1795


1- Introducción
2- El Realismo del Mono
3- El Objetivo de la Ciencia
4- El Mito de la Realidad
5- La Matriz de la Naturaleza

1 Introducción

Antes de sumergirme de lleno en el texto, me gustaría hacer unas aclaraciones para alertar al desprevenido y evitar algunas confusiones. Este no es un “paper” científico, es un ensayo que, si me veo forzado a etiquetar, pondría bajo el rótulo de Filosofía Natural, o simplemente Filosofía.
La ciencia tiene sus orígenes en la filosofía natural, de hecho el libro fundacional de la ciencia moderna se titula “Principios Matemáticos de la Filosofía Natural”(1), pero la ciencia es una empresa independiente, con sus propios objetivos y límites.
La filosofía por lo tanto ejerció gran influencia en la ciencia, y algunos problemas que se hacen visibles en la última no pueden ser solucionados dentro de esta. Esto no es una sorpresa, toda teoría está basada en unos axiomas iniciales, suposiciones que son admitidas como verdaderas sin mayor prueba, y a partir de las cuales desarrollamos, siguiendo pasos lógicos, un cuerpo de conocimiento consistente. Esto está muy claro en las matemáticas, como también está muy claro que ciertas cuestiones particulares no pueden ser probadas dentro del sistema que les dio origen, y entonces la única solución es salir a un “meta” sistema.
Otro punto importante en la relación entre la ciencia y la filosofía es que la ciencia tiene un papel fundamental en servir  de“linterna”, al iluminar y  hacer visibles ciertas cuestiones que luego pueden ser utilizadas en el marco más amplio de conocimiento que es la filosofía.

2 El Realismo del Mono

La tarea de comprender la realidad es un proyecto por demás ambicioso y la experiencia individual e histórica nos enseña que nuestro “sentido común” no es de fiar en absoluto, así como que nuestro sistema sensorial y nuestra capacidad mental tienen límites obvios. Lo que también es obvio es que nuestra curiosidad no se echa atrás ante estas dificultades, y si bien nuestro intelecto es limitado, fue no obstante capaz de crear herramientas que lo magnifican. El lenguaje, la escritura y la cultura permiten un desarrollo que sería imposible para un individuo aislado, sin importar lo brillante que este sea.
El método científico es una de nuestras herramientas más sofisticadas, nos permite explorar la realidad y auto corregir nuestro conocimiento continuamente. Ahora bien, los que usan el método científico son humanos, y como tales son presos en mayor o menor medida de las mismas “trampas mentales” que actúan sobre cualquier persona. El homo sapiens es una especie entre millones, y como todas es el producto de un largo proceso evolutivo. Lo que somos ahora es en gran parte el resultado de millones de años de adaptación al ambiente, somos grandes simios que durante la mayor parte de nuestra existencia estuvimos preocupados en recoger bananas, reproducirnos y escapar de los depredadores. Nuestra mente se forjó para realizar estas tareas. Nuestro lenguaje se desarrolló en base a estos modelos mentales. Este modelo mental es lo que voy a denominar “el Realismo del Mono”.

Obviamente que esta descripción está terriblemente simplificada, y que los pequeños cambios en nuestro genoma hacen una gran diferencia, dándonos el potencial de crear herramientas, civilizaciones y muchas cosas más, pero el punto es que no tenemos que olvidar que nuestra mente no se desarrolló con la prioridad de abordar complicados problemas acerca de la naturaleza de la realidad.
La teoría cuántica es un ejemplo perfecto de nuestras limitaciones y capacidades: la belleza matemática y aplicabilidad práctica de esta es uno de los puntos culminantes de nuestro intelecto. La mayor parte de la tecnología moderna proviene de la física cuántica, como también predicciones exactas acerca del comportamiento de estructuras gigantescas como las estrellas de neutrones que se encuentran a millones de años luz de nuestro planeta. Pero lo que dice esta teoría de la “naturaleza de la Naturaleza” es profundamente anti intuitivo y sigue generando gran dolor de cabeza a las mejores mentes de las últimas generaciones. Podemos lograr una intuición matemática del significado, pero cuando intentamos crear “imágenes mentales” o simplemente usar el lenguaje común para transmitir esta intuición matemática, nuestro Realismo del Mono se ve ampliamente superado.
Nuestra mente puede entender cómo vuela una roca para aterrizar en la cabeza de otro mono, cómo es que un palo puede usarse para conseguir bananas que cuelgan de lo alto de un banano, etc; por esta razón nadie (bueno, nadie excepto los fanáticos religiosos) tenía problemas con la física clásica, pero cuando intentamos llevar el significado de la superposición, el entrelazamiento cuántico o el principio de incertidumbre más allá de la abstracción matemática hacia las implicaciones concretas en nuestra realidad, nuestra mente entra en cortocircuito.
Este Realismo del Mono también encuentra sus límites en entender conceptos como eternidad, acausalidad, infinitud, o la multitud de aparentemente irreconciliables dualidades.

3 El objetivo de la Ciencia

Tenemos que dejar muy en claro que lo que aquí se hace no es una crítica a la ciencia en sí, sino una advertencia sobre la mala interpretación, tan común en nuestros días, de los objetivos y límites de la ciencia. Nadie mejor que uno de los padres de la física moderna para exponer el problema. En palabras de Werner Heisenberg:

Nuestro Apéndice tenía como fin presentar, aunque sumariamente, la situación histórica de la moderna ciencia de la naturaleza, a través de una selección necesariamente muy parva, de los escritos de sus más destacados representantes. Como resumen, queremos destacar los siguientes puntos: 

 1 En sus comienzos, la ciencia moderna se distingue por una deliberada modestia; formula enunciados válidos para dominios estrictamente delimitados, y sólo en tales límites les atribuye validez. 
2. En el siglo XIX, aquella modestia se pierde en gran parte. Los resultados de la Física son considerados como afirmaciones sobre todo el conjunto de la Naturaleza. La Física aspira a ser una Filosofía, y muchas veces se proclama que toda verdadera Filosofía ha de ser únicamente ciencia de la Naturaleza. 
3. Hoy, la Física está experimentando una transformación radical, uno de cuyos más notables rasgos es la vuelta a su primitivo comedimiento. 
4. Precisamente, el contenido filosófico de una ciencia sólo se preserva a condición de que dicha ciencia guarde bien presente la conciencia de sus límites. Los grandes descubrimientos sobre propiedades de fenómenos naturales singulares no son ya posibles si se prejuzga en general sobre la esencia de aquellos fenómenos. Si la Física deja en suspenso la decisión sobre qué sean los cuerpos, la materia, la energía, etc., y sólo con esta condición, puede alcanzar conocimientos sobre propiedades singulares de los fenómenos designados con aquellos términos; conocimientos que pueden luego conducir a auténticas concepciones filosóficas.(2) 

 Y así podemos entender con mayor claridad aquello a lo que me refería en la introducción, la ciencia, si bien cumple un rol fundamental, es parte de un marco de conocimiento mayor.  Los desarrollos de las siguientes secciones no son una interpretación o discusión superficial de temas de física, si no que tomando inspiración de los conceptos provenientes de la física moderna, de la nueva claridad proveniente de las profundidades de la Naturaleza, intentaré elaborar conceptos que aporten algo a la Filosofía.

4 El Mito de la Realidad

La mismísima palabra ‘Realidad” es el ejemplo más claro de uno de los axiomas básicos sobre los que está construido nuestro entendimiento del mundo. Esta palabra proviene del latín “res”, cosa, y se refiere a un mundo exterior de “cosas” que existen independientemente de nuestra experiencia, nuestra conciencia:

De acuerdo con la doctrina materialista standard, la conciencia, como lo fue el espacio-tiempo antes de la invención de la Relatividad General, juega un papel secundario, un rol subordinado, siendo considerada solo como una función de la materia y una herramienta para la descripción del verdaderamente existente mundo material. Pero permitámonos recordar que nuestro conocimiento del mundo comienza no con la materia sino con percepciones. Yo se con seguridad que mi dolor existe, mi "verde" existe, y mi "dulce" existe. No necesito ninguna prueba de su existencia, porque esos eventos son parte miá: todo el resto es una teoría. Mas tarde nos dimos cuenta de que nuestras percepciones siguen unas reglas, que pueden formularse de una manera mas conveniente si asumimos que existe algún tipo de realidad subyacente a nuestras percepciones. Este modelo de un mundo material obedeciendo reglas físicas es tan exitoso que pronto olvidamos nuestro punto de partida y decimos que la materia es la única realidad, y las percepciones son solo una ayuda para describirla. Esta suposición es casi tan natural (y quizás tan falsa) como nuestra previa suposición de que el espacio es solo una herramienta matemática para la descripción de la materia. Pero de hecho estamos substituyendo la realidad de nuestras percepciones por una teoría exitosa sobre un mundo material independiente de estas. Y la teoría es tan exitosa que casi nunca pensamos acerca de sus limitaciones, hasta que tenemos que abordar cuestiones realmente profundas que no encajan en nuestro modelo de la realidad (3)

Este axioma inicial es la separación sujeto-objeto y no solo se encuentra en las bases de la ciencia y filosofía occidental, si no que es parte del esquema mental de todo ser humano. En algunas culturas de oriente existe una mayor conciencia sobre este problema, y grandes referentes de estas tradiciones como Buda y Lao Tse hicieron hincapié en la importancia fundamental de esta “ilusión”, pero está claro que esta suposición es común también en los pueblos orientales así como en pueblos “primitivos” de todas partes del mundo (aunque tenemos muchas razones para creer que por ejemplo en pueblos de cazadores-recolectores la separación sujeto-objeto está menos pronunciada.) .
Por esta razón seríamos muy injustos si criticásemos a la ciencia por brindarnos una imagen “fría” del mundo, una imagen que no dice nada de lo “lindo”, “feo”, “bueno”, “malo” o cuestiones del “propósito” del cosmos o la vida. Para hacer más fácil la empresa científica quitamos al sujeto, es decir, la conciencia, del modelo de nuestra “realidad”.
Solo si olvidamos esto y también malinterpretamos el objetivo de la ciencia y sus límites, surgen aparentes problemas como la incompatibilidad de la libre voluntad con un cosmos mecánico donde todos los procesos pueden explicarse como un intercambio causal de energía.
La revolución de la física cuántica a principios del siglo XX fue un cambio de paradigma con consecuencias que todavía estamos asimilando. El famoso debate entre Bohr y Einstein es uno de los más destacados en la historia de la ciencia, y no fue un debate científico sino uno filosófico. Las posiciones de estos dos titanes de la física pueden resumirse asi: “Para Einstein la ciencia se pregunta por “lo que es”, para Bohr la ciencia pregunta “qué podes decir, que ves” (4) Es decir, Albert mantiene una postura Objetiva, Realista y Niels una Subjetiva, No-Realista.

5 La Matriz de la Naturaleza

Como hombre que ha dedicado su vida entera a la más clara y superior ciencia, al estudio de la materia, yo puedo decirles como resultado de mi investigación acerca del átomo, lo siguiente: No existe la materia como tal. Toda la materia se origina y existe sólo por la virtud de una fuerza la cual trae la partícula de un átomo a vibración y mantiene la más corta distancia del sistema solar del átomo junta. Debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esta mente es la matriz de toda la materia.(5)

Si modificamos el axioma de la separación sujeto-objeto, qué nos queda? Podríamos decir que el conocimiento acumulado durante siglos de ciencia no se pierde, sino que simplemente es visto en un nuevo marco, una nueva claridad. Es decir, las leyes de la Naturaleza son las leyes de nuestra Experiencia, son patrones que describen aspectos de nuestra Conciencia. La conciencia no puede derivarse de la materia, pero el concepto de materia sí puede derivarse de la conciencia. La pregunta sobre la sustancia fundamental que da origen al Cosmos fue la que ocupó el tiempo de los primeros filósofos y científicos griegos, en el siglo VII a.c. En el siglo XX no podemos hablar realmente de una “sustancia”, las entidades fundamentales que dan origen a la materia son entidades matemáticas, no podemos hablar más que de propiedades y relaciones matemáticas. Este es un punto clave, difícil de realizar, pero central en nuestro entendimiento de la “realidad”. La ciencia no habla del “Ser”, de la sustancia, la ciencia describe las relaciones que observamos, pero no puede ir detrás de estas relaciones expresadas matemáticamente. La Conciencia es el Espacio donde todas estas relaciones actúan, este Espacio es la sustancia fundamental detrás de las relaciones. Niels Bohr entendió esto muy bien y se lo trataba de explicar a Einstein, la ciencia no puede hablar “de lo que es”, del Ser, la ciencia sólo puede describir las relaciones que observamos.

(en Física) el modelo es un símbolo de relaciones. En el sentido trascendental el símbolo va a representar sustancialidad. Aquí tenemos pues la diferencia esencial entre el intelecto como es usado en la ciencia y en cómo es utilizado en conexión con la metafísica. En un caso provee símbolos para relaciones, en el otro para realidades sustanciales.(6) 


Podemos describir de manera mas técnica la forma en que desde la Conciencia emerge el Cosmos: Un observador (un sujeto, consciente) trae a existencia una entidad que solo está definida luego de ser observada, es decir, antes de la observación esta entidad no tiene actualidad, no “existe”, no posee propiedades objetivas. Ahora bien, si decimos que un observador trae a existencia una entidad, le da actualidad, de de dónde la trae? El observador (fragmentado en el modo de conciencia sujeto-objeto) está interactuando con la Matriz del Cosmos que posee pura Potencialidad. Es decir, la “realidad”, el universo de objetos actuales proviene de la interacción del observador con la potencialidad pura de la “sustancia” subyacente. Tenemos dos aspectos, el del Fenómeno (el universo actual, real) y el del Noúmeno (la pura potencialidad de la conciencia). El acto de observación produce un entrelazamiento permanente entre por lo menos dos entidades, el observador y lo observado, esto le da consistencia a la realidad. Pero la situación crece en complejidad, ya que la cantidad de entidades es cada vez mayor, creando una intrincada red de observadores entrelazados. Además, en este modelo, necesitamos que el primer observador tenga actualidad, por lo tanto tiene que haber sido también objeto de observación. El que una entidad sea un observador o un objeto observado depende solo del punto de vista, fundamentalmente todas las entidades son observadores. El Cosmos es por lo tanto un complejo sistema de relaciones conformado por subsistemas entrelazados entre sí, fundamentalmente consciente.

Pero el hecho de que un observador tenga que ser observado nos lleva a una situación que se repite Ad Infinitum, y este es uno de los problemas fundamentales con que se encontró la milenaria tradición vedántica. El problema de la aparente multiplicidad con que también se encontraron los presocráticos. La solución a este problema reside en entender que la división sujeto-objeto no es fundamental, la Matriz del Cosmos es una, indivisible.

Otro de los problemas fundamentales con que se enfrentaron los viejos griegos e hindúes es el del cambio, el Tiempo. Para un sujeto separado del Todo el cambio es permanente, el sujeto vive en el Tiempo. Pero el Todo es un sistema que se encuentra en un continuo equilibrio dinámico, es decir, nunca cambia, es atemporal. En el acto de observación, el sujeto, ilusamente separado de la Matriz Consciente, la Objetiviza, reemplazando la pura subjetividad subyacente por una Naturaleza de Objetos (Realidad). Esta ilusión temporal no es fundamental, los objetos siempre son, en verdad, Conciencia, la ilusión consiste en que el Observador no esta consciente de esta unidad.
La Conciencia atemporal es el marco de referencia que le da significado al Universo fenomenológico:  
En matemáticas la concepción individual que requirió del mayor grado de genio para su nacimiento es la del cero. Este fue el gran logro matemático de la India. Esta noción representa la nada, literalmente, aun así es la más vital concepción unificadora en la matemática. El Cero es la lamina que le da significado a todos los números. El paso del 0 (cero) al numeral 1 (uno) es un salto a través de un universo entero. Desde el cero y el uno podemos generar infinitas variedades (N. del T.: Variedad como objeto geométrico relacionado al concepto matemático de espacio). Construimos nuestros sistemas de referencia a partir del 0, lo que es meramente una manera de decir que, con nuestro centro en nada, poseemos el punto de apoyo para controlar toda elaboración de forma. Cero es el punto desnudo ( teniendo solo posición, pero no magnitud) sobre el que todo nuestro análisis descansa. (7) 

Referencias:
1 Sir Isaac Newton, Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica (1686)
2 Werner Heisenberg, La imagen de la Naturaleza en la física actual” (ed original 1955)
3 Andrei Linde, Universe, Life, Consciousness , Department of Physics, Stanford University, p.12, (1998)
4 Este gran resumen lo extraje de la charla de Anton Zeilinger en el Imperial London College (2014) 5 Max Planck , Das Wesen der Materie, conferencia en Florencia, Italia (1944).
6 Franklin Merrell-Wolff, The Philosophy of Consciousness Without An Object: A Discussion of the Nature of Transcendental Consciousness, p.4, Phoenix Philosophical Press, (1970)
7 Franklin Merrell-Wolff, Transformations in Consciousness, The Metaphysics and Epistemology, p.156, State University of New York Press (1995)

v alpha, 14-7-2016 , editada para fb
v beta 0.1 19-7-2016, correcciones ortográficas y gramaticales s
v beta 0.2 2-10-2016, traducción de la cita de Linde

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