El fantasma es la máquina


El fantasma es la máquina 


Juan Manuel Jones Volonte

Estamos enfrentando los problemas del siglo XXI con una cosmovisión del siglo XVII y tecnología del siglo XX. El Materialismo, principalmente mediante la llamada Filosofía Mecanicista , es una visión del mundo que llegó a considerarse sentido común, profesada por muchos filósofos (pero de ninguna manera indiscutida) y por la gran mayoría de los científicos, incluso por aquellos que se burlan de la filosofía y sin saberlo defienden las versiones más naif del materialismo filosófico. Los orígenes del Materialismo los podemos encontrar en Demócrito de Abdera (460 a. C.-.370 a. C aprox), quien lo sintetizo bastante bien en la siguiente frase:

“Solo átomos y Vacío”

El atomismo de Demócrito fue revolucionario y apenas el punto de partida para una tradición intelectual que llega hasta nuestros días. En los 2500 años que transcurrieron desde sus palabras numerosos descubrimientos teóricos y prácticos vieron la luz, una historia muy interesante que está por fuera del alcance de este texto. 
Cerca del año cero comienza un gran declive de la influencia de esta primer gran cultura científica en la cultura general europea y mediterránea, siendo la quema de la biblioteca de Alejandria un símbolo de la caída de esta tradición que tanto había logrado en solo 5 siglos. 
En el siglo XVII se vivió el renacimiento de la filosofía natural griega, culminando, con el trabajo de Copérnico, Galileo y Newton, en la ciencia moderna, un campo totalmente relacionado a la filosofía, pero con sus propios métodos y áreas de estudio delimitadas . El Principia Matematica de Newton es uno de los grandes logros intelectuales de la humanidad y el éxito empírico de su teoría gravitacional fue usado como legitimación del mecanicismo.

 La cosmovisión mecanicista se impuso en el mundo intelectual europeo, lo cual fue una gran reconquista sobre el terreno que habían ganado las filosofías y dogmas cristianos. Era difícil que con tantos avances y descubrimientos no apareciesen nuevos problemas; el mas importante probablemente sea el que se llamo “problema mente-materia”. El mecanicismo (como todo materialismo) nos hace impotentes testigos de un universo formado por insensibles pedazos de materia (partículas subatómicas en la física moderna) que siguen mansamente deterministas leyes atemporales, una visión que heredó mucho del pensamiento religioso precientífico: 

"En el seno de la imagen científica del mundo todos estos acontecimientos tienen soporte en sí mismos. Se explican ampliamente mediante influencia energética recíproca. Incluso los movimientos del cuerpo humano «son autónomos», como afirmó Sherrington. La imagen científica del mundo se digna conceder un conocimiento muy completo de todo lo que sucede, hace todo un poco demasiado comprensible. Le permite a uno imaginar el despliegue total de las cosas como el de un mecanismo de relojería, en el que todo lo que la ciencia conoce funcionaría exactamente como el reloj mismo; sin que en conexión con él se dieran conciencia, voluntad, deber, dolor, placer y responsabilidad —que de hecho sí operan—. Y la razón de esta desconcertante situación es justamente que, para el propósito de construir la imagen del mundo externo, hemos utilizado el enormemente simplificado procedimiento consistente en desconectar nuestra personalidad, la hemos cambiado de lugar; por lo tanto ha desaparecido; se ha evaporado y se ha hecho ostensiblemente innecesaria”
Erwin Schrödinger, La Naturaleza y los Griegos, pp.125-127, (edición original 1948)

 
El sujeto, la mente que percibe el mundo, crea una teoría de este en la que el mismo no cumple ningún rol, excepto el de observar. Este es el famoso fantasma en la máquina, el alma impotente dentro del “Reloj Universo”. 

Pero el libre albedrío es una verdad autoevidente, la “carga de la prueba” recae sobre quien lo cuestione, una teoría que explica ciertos aspectos de la experiencia (y eso es a lo que aspira toda ciencia) de ninguna manera alcanza para negarlo.
Descartes, uno de los creadores del mecanicismo, propuso una solución drástica, su teoría dice que la realidad está compuesta de dos substancias diferentes, Res extensa y Res cogitans, la substancia material y la substancia mental respectivamente. Esta posición dualista, lejos de terminar con las paradojas, solo introduce nuevos “artefactos” y problemas.

Es común en nuestros días escuchar que la física moderna puso en problemas a la filosofía mecanicista, pero en verdad ya la teoría de la gravitación universal, analizada en profundidad, dejó obsoletas ideas centrales de esta, lo cual resulta muy irónico. Los contemporáneos de Sir Isaac Newton se escandalizaron con su teoría ya que esta introducía la “acción a distancia” y él mismo reconocía que si bien sus predicciones matemáticas funcionaban, la teoría en sí era “absurda”. 
Pero aquí la clave es entender que lo que cambió con la introducción de la física matemática fue el mismísimo criterio de verdad con el que evaluamos a una teoría, nuestro criterio de lo que significa que una teoría sea inteligible. La teoría de Newton, que no explica ningún mecanismo detrás de la gravedad, era absurda para el viejo criterio de verdad. Su ecuación matemática relaciona aspectos de nuestra experiencia , nos sirve para predecir las órbitas de los planetas y estrellas, pero no da una descripción mecanicista de cómo funciona la gravedad. Muchos intentaron encontrar esta descripción, pero tuvieron que llegar a la conclusión de que no existe. Lo inteligible era su teoría del mundo, no el mundo en si. 

La física matemática no habla en los mismos términos que nuestra intuición. Nuestra visión intuitiva del mundo, que podemos llamar “Realismo del mono”, es el resultado de millones de años de evolución, somos una especie que, como todas, evoluciono para sobrevivir, nuestra intuición sirve para analizar el lanzamiento de una piedra, la mejor manera de obtener bananas, etc. Pero con el avance de nuestra técnica e investigación encontramos nuevos fenómenos que ya no podemos describir como si estuviesen compuestos por engranajes, o como una mesa de billar con bolas que chocan. 

"There are some respects in which the concepts of modern theoretical physics differ from those of the Newtonian system. To begin with, the conception of ‘force’, which is prominent in the seventeenth century, has been found to be superfluous. ‘Force’, in Newton, is the cause of change of motion, whether in magnitude or direction. The notion of cause is regarded as important, and force is conceived imaginatively as the sort of thing that we experience when we push or pull. For this reason it was considered an objection to gravitation that it acted at a distance, and Newton himself conceded that there must be somemedium by which it was transmitted. Gradually it was found that all the equations could be written down without bringing in forces. What was observable was a certain relation between acceleration andconfiguration; to say that this relation was brought about by the intermediacy of ‘force’ was to add nothing to our knowledge. Observation shows that planets have at all times an acceleration towards the sun, which varies inversely as the square of their distancefrom it. To say that this is due to the ‘force’ of gravitation is merelyverbal, like saying that opium makes people sleep because it has a dormitive virtue. The modern physicist, therefore, merely states formulae which determine accelerations, and avoids the word ‘force’ altogether. ‘Force’ was the faint ghost of the vitalist view as to thecauses of motions, and gradually the ghost has been exorcised."
Bertrand Russell, History of Western Philosophy, 578-579

Los fundamentos del mecanicismo cayeron, la Res extensa de Descartes y todos los materialistas no tiene lugar en la física moderna. Solo podemos hablar de Res Cogitans, ordenar y relacionar diferentes partes de nuestra experiencia. La maquina de la existencia no es tan solida, adquiere un carácter fantasmal, lo que le fue criticado a Newton y cuatro siglos después Einstein le criticaba a la física cuántica, la “fantasmal acción a distancia”. El fantasma es la maquina
  
Es mi convicción que de la misma manera en que el dogmatismo religioso, junto con motivos políticos y sociales, nos llevó a una edad oscura que logró frenar por un milenio y medio los grandes avances que habían comenzado con los primeros filósofos naturales jonios, el mecanicismo, que tiene su origen en el mismo Iluminismo que nos salvó del dogma hace cuatro siglos, hoy se transformo el mismo en la postura conservadora que no hace caso a los nuevos descubrimientos.

V0.4, 21-3-2018 
v 0.5 21-3-2018 (cambio a formato de ensayo) v0.6 29-3-2018

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